Valentia Mediaevalis : Joyas manuscritas de la Catedral de Valencia: el Liber Instrumentorum.
Este blog está registrado en la Biblioteca Nacional de España con el número de ISSN 2603-8714

lunes, 21 de diciembre de 2015

Joyas manuscritas de la Catedral de Valencia: el Liber Instrumentorum.


Fue el canónigo y archivero de la Catedral de Valencia, D. Roque Chabás, quién decidió en el año 1893 ordenar, catalogar, e inventariar  los documentos, pergaminos y manuscritos que se encontraban en el Archivo General Catedralicio, tarea por cierto nada fácil, dando por finalizado tan laborioso trabajo en el año 1912. 

El Archivo General de la Catedral de Valencia, ocupa dos plantas ubicadas sobre la actual  Sala Capitular y la Antigua Sacristía. Se accede a él  por esta última, a través de una pequeña escalera, que da acceso a un inmenso tesoro formado por pergaminos y legajos, manuscritos y documentos, bulas, cartas y oficios. 

Una de las joyas que forman este magnífico tesoro es el "Liber instrumentorum omnium episcopi et ecclesiae valentine", más conocido como  "Liber Instumentorum" un magnífico manuscrito signado con el número 162, y que comprende, entre otros,  una serie de documentos reales otorgados en favor de los obispos y del Cabildo de la Seo de Valencia, desde Jaime I hasta Alfonso V.




Este magnífico cartulario fue recopilado gracias a Hugo de Lupiá y Bagés, quién fue obispo de Valencia entre los  año 1398 y1427, y contiene documentos desde antes de la Conquista, hasta casi mediados del siglo XV. Está formado por 215 folios en vitela, con letra del siglo XV, y con unas medidas de  300 x 230 mm. y un grosor de 58 mm.  Su última encuadernación fue realizada en el año 1982.

Quizás una de sus páginas más bellas sea la que aparece en el primer folio, donde podemos admirar una preciosa miniatura en oro y colores. En ella, a la izquierda, la Virgen entronizada, sostiene al Niño en actitud de bendecir a un grupo de personajes, casi todos ellos tonsurados, que se encuentran a su derecha. De este grupo de personajes, dos son los principales. El primero de ellos, en posición orante, representa al obispo Hugo de Lupiá, quién ordenó la recopilación de los documentos que componen este códice. De hecho, su escudo aparece al pié del mismo folio.

Primer folio del Liber Instrumentorum.

Detalle de la Virgen entronizada y el Niño.
Detalle del escudo del obispo de Valencia Hugo de Lupiá.

La segunda de las imágenes, también en posición orante, representaría a Jaime I, quien ofrenda la Catedral de Valencia a  la Virgen. El resto de personajes, siete, representan al Cabildo catedralicio. Entre ellos destaca tres personajes: un dominico, un diácono (quien sostiene la mitra del obispo), y un tercero portando un báculo.

Detalle de Jaime I vistiendo armadura y sobreveste con las armas de la Corona de Aragón.

Detalle del obispo de Valencia Hugo de Lupiá, su diácono portando la mitra, y el resto del cabildo catedralicio.


También tenemos en este códice un bello ejemplo de "rota" y "bene valete" del papa Urbano II en el documento 89, en el cual este pontífice exime el pago de los diezmos al monasterio de San Victoriano. 

La "rota", o rueda, es un "sello" papal que figuraba en las cartas apostólicas y bulas mayores, el cual constaba de una cruz central, rodeada de dos circunferencias concéntricas, formando un anillo exterior, donde solían escribirse sentencias bíblicas o la divisa papal. Esta  "rota" se situaba normalmente bajo el texto y al lado izquierdo. 

Detalle de la "rota" del papa Urbano II en el documento número 89.

Detalle del "bene valete" del papa Urbano II. Documento número 89.

En cuanto al "bene valete" era una salutación final epistolar de origen romano. Aparece por primera vez con el pontificado de Pascual I en el año 819, convirtiéndose en un monograma con León IX en el año 1049.

Este documento es el único de todo el códice que ejerce como excepción de la regla, ya que está fechado en Letrán el 1 de mayo del  año 1095, por lo que es el único que no se encuentra en el baremo de tiempo del resto de documentos, que abarca desde el siglo XIII al Siglo XV.

También este manuscrito es un verdadero catálogo de signos y firmas, como por ejemplo el signo real de Jaime I y de su escribano, los cuales  podemos ver en el documento 71, fechado en Valencia el 6 de octubre del año 1260, y mediante el cual, el obispo de Valencia, Andreu de Albalat y el cabildo vendían  a Pedro Ferrandis, barón de Híjar e  hijo de Jaime I, los frutos de la décimas que la iglesia de Valencia tenía en Buñol y Ribarroja por trescientos sueldos anuales.

Signo real de Jaime I en el documento número 71.
Signum del escribano de Jaime I. Documento número 71.
Signo notarial de Guillen de Jaca. Documento número 70.

Sigum del canónigo de la Catedral de Valencia Dominici Mathei. Documento número 67.


Pero si visualmente este códice es toda una maravilla, documentalmente es realmente fascinante.

El 28 de ocutubre de 1236, en Lérida, el rey Jaime I prometía dotar la catedral de Valencia y  sus parroquias, así como dar parte de las tierras a quienes intervinieran en la conquista de la ciudad:

"..quod si Deus civitatem et regnum Valencie nobis dederit adquirendum, primo et ante omnia dotemus ibi cathedralem ecclesiam et alias sufraganeas competenter ad arbitrium venerabilium T. Tarrachone electi, magistrorum milicie ac hospitalis vel successorum vestrorum, Ferdinandi, infantis Aragonum et R. Fulconis, de quaquidem dote et assignacione episcopus et ceteri prelati in cathedrali ecclesia et alii clerici de sufraganeis honorifice valeant sustentari."

Con este importante documento, el cual se encuentra en el folio 6r, comienza el "Liber Instrumentorum".  Hasta un total de 174 documentos podemos admirar y estudiar en este magnífico volumen.

El 18 de octubre de 1239, estando el rey en Valencia, donaba a la Catedral todas las iglesias de la ciudad y de sus afueras, incluyendo las que fueron de las mezquitas. El 2 de noviembre de 1241, en barcelona, Jaime I ratificaba esta donación, añadiendo además a esta todos los cementerios públicos, tierras, y derechos sobre la pesca en el mar y en la albufera...

Como se puede apreciar, el Liber Instrumentorum no solo es una joya por su belleza, sino también por la documentación que nos aporta no solo para conocer la historia de la Catedral, sino la de nuestra querida ciudad.


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